La cosecha no es la excelente que se dibujaba hace 15 días, pero aún así los productores confían en una campaña media-alta en grano, si se mantienen las condiciones actuales y se disipan las actuales amenazas. La principal es el precio, lastrado por las medidas adoptadas por el coronavirus -bajada en la producción de plantas de bioetanol, cierre de cerveceras...- y también por un gran año de pastos que han hecho que disminuya el consumo de pienso. Este lunes en la Lonja los más castigados fueron maíz y cebada (ahora a 166 euros/tonelada, 11 euros menos que hace justo un año), con un descenso de 3, pero también perdieron, en este caso 2, el trigo, el centeno y el triticale: solo resistió la avena, para la que solo dos compradores pidieron bajada.

Con unos precios en descenso, el consuelo para los agricultores está en la situación de la cosecha, aunque tienen preocupaciones como el ataque fuerte de roya en trigos, que ha sorprendido a muchos agricultores a pesar de que el ITACyL había advertido de esta enfermedad causada por un hongo y que aparece con el exceso de humedad: seca la planta, con fuertes pérdidas de rendimiento.

También existe preocupación en regadío porque queda un alto porcentaje de patatas sin sembrar por unas lluvias, que vuelven a anunciarse, y también está pendiente el maíz. A partir de mediados de mayo a los agricultores no les gusta estar ya con estas labores pero les ha sido imposible entrar antes en las tierras.